La presencia de una gran cantidad de neurofilamentos ligeros en el momento del diagnóstico puede indicar una mayor discapacidad a lo largo de la enfermedad
La investigación nos sigue dando pistas sobre cómo funciona la esclerosis múltiple. En este caso, se trata de un estudio publicado en la revista científica Neurology; que ha confirmado que cuando las neuronas son dañadas (como es el caso de la EM) aumenta el número de neurofilamentos en el torrente sangíneo, demostrando así la relación entre esta proteína y un mayor daño neuronal.
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Los neurofilamentos son proteínas que se encuentran en las neuronas: concretamente en los axones, la parte posterior que sirve para comunicarse con otras células, y que se ve atacada por la esclerosis múltiple. Hasta el momento, los neurofilamentos se habían considerado un biomarcador de la enfermedad; pero tan solo se habían medido sus niveles en el líquido cefalorraquídeo. Extraer muestras del líquido cefalorraquídeo resulta muy invasivo y costoso, por lo que los neurofilamentos no se habían utilizado a gran escala como biomarcador.
Sin embargo, los resultados de esta investigación permiten conocer los niveles de neurofilamentos con un simple análisis de sangre. Esto facilita el pronóstico de la enfermedad y da pie a que los neurofilamentos se conviertan en un biomarcador utilizado en multitud de clínicas. De esta manera se puede tratar la enfermedad con mayor rapidez, lo cuál es un factor fundamental para tener una mejor evolución.
El estudio, realizado en Suecia, ha analizado los niveles de neurofilamentos en sangre de 5.411 personas, 4.385 de ellas con esclerosis múltiple. Las afectadas de esclerosis múltiple mostraban niveles más altos de esta proteína que el grupo de control, con variaciones según el sexo, la edad y la evolución de la enfermedad.
Los resultados han demostrado que aquellas personas con niveles altos de neurofilamentos en sangre tenían entre un 40 % y un 65 % más de posibilidades de empeorar en su enfermedad; en comparación con aquellas personas con niveles más bajos. Como suele ser habitual, los investigadores han pedido que futuras investigaciones comprueben y avancen los resultados obtenidos. Por lo tanto, se necesita más investigación para seguir avanzando hacia una cura para la esclerosis múltiple.
Fuente: Multiple Sclerosis News Today. Imagen: NCI