Identificar las células del sistema inmunitario que contribuyen a la neurodegeneración podría abrir la puerta a desarrollar nuevos medicamentos
Científicos de los Institutos Gladstone (California, EE.UU.) han desarrollado una técnica para identificar las células tóxicas del sistema inmunológico que afectan a la neurodegeneración en esclerosis múltiple. La neurodegeneración es un proceso en el que las células son dañadas y pierden capacidades, lo que impide una actividad motriz y cognitiva habitual.
Este nuevo estudio, publicado en la revista Nature Immunology, permite entender mejor el proceso de oxidación de células del sistema inmunitario que provoca la neurodegeneración. Enfermedades como la esclerosis múltiple, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA), el Alzheimer o el Parkinson podrían beneficiarse de los resultados de esta investigación; ya que todas ellas se ven influenciadas por las especies reactivas de oxígeno (EOR).
En el caso de la esclerosis múltiple, se trata de la microglía (células que protegen a las neuronas), que deja de funcionar correctamente y produce compuestos tóxicos, como las EOR. Sin embargo, se desconoce por qué estas células protectoras se convierten en tóxicas. Esta es una de las principales cuestiones a resolver para conseguir una cura para la EM.
Las investigaciones de este nuevo estudio permiten identificar y rastrear las células del sistema inmunológico que producen la degeneración del sistema nervioso central. Esta nueva técnica, llamada Tox-seq, se ha aplicado en animales con resultados favorables. Los investigadores han podido crear un mapa con todas las células que podrían atacar al sistema nervioso central.
De esta manera, el estudio ha podido comprobar que tan solo un 10 % de la microglía es responsable del todo el daño neurológico provocado por enfermedades como la esclerosis múltiple. Además, se ha demostrado que estas células tóxicas también provocan inflamación cerebral, y que activan un mayor número de células nocivas. Según los investigadores, ”se trata de la primera prueba que se tiene de este círculo vicioso”.
Estos datos han permitido al equipo determinar una serie de compuestos que podrían reducir el daño que provocan las células identificadas. Uno de los compuestos más prometedores se conoce como acivicin, que fue testado favorablemente en animales, reduciendo el número de células tóxicas; y por tanto disminuyendo la neurodegeneración. Pese a que su uso como terapia en personas afectadas queda lejos, sus principios activos pueden abrir el camino a nuevos fármacos similares.
Los resultados de esta investigación son relevantes en múltiples niveles, ya que permiten identificar las células dañinas del sistema inmune, diseñar fármacos que prevengan la neurodegeneración y comprender mejor enfermedades auto-inmunes y neurodegenerativas, como el Alzhemier, el Parkinson, la ELA o la esclerosis múltiple.
Fuente: Multiple Sclerosis News Today. Imagen: Colin Behrens