El nivel plasmático de la proteína de cadena ligera de los neurofilamentos (NfL) es un fiable biomarcador del empeoramiento y progresión de la esclerosis múltiple remitente recurrente (EMRR), según muestra un estudio reciente.
El tratamiento con Gilenya (fingolimod) puede reducir los niveles de NfL hasta 10 años.
Estos resultados fueron presentados recientemente en el 4º Congreso de la Academia Europea de Neurología (EAN), que concluyó el 19 de junio en Lisboa, durante la sesión oral “Long-term prognosis of disease evolution and evidence for sustained Fingolimod treatment effect by plasma neurofilament light in RRMS patients”.
La creciente evidencia sugiere que los niveles de una proteína llamada “cadena ligera de neurofilamentos (NfL)” aumentan en la sangre y el líquido cefalorraquídeo de pacientes con esclerosis múltiple remitente recurrente (EMRR).
NfL está presente exclusivamente en las células nerviosas. La degeneración progresiva de éstas durante la EM promueve la liberación de NfL en el líquido cefalorraquídeo y la sangre.
Estudios previos ya habían sugerido que la medición de los niveles de NfL era una herramienta valiosa para controlar la progresión de la EM y la respuesta al tratamiento, frente a la resonancia magnética cerebral.
Recientemente, un equipo científico ha investigado el potencial de los niveles sanguíneos de NfL como biomarcador predictivo, mediante el análisis de muestras de sangre de pacientes con EMRR, participantes en los ensayos clínicos de fase 3 “FREEDOMS (NCT00289978 y NCT00355134) y TRANSFORMS (NCT00340834)”, en los que se han evaluado los niveles de NfL progresivamente desde los primeros 12 meses de tratamiento con fingolimod hasta los 10 años.
En los ensayos FREEDOMS, los pacientes fueron tratados aleatoriamente con Gilenya o placebo, mientras que en el ensayo TRANSFORMS los investigadores compararon la efectividad de Gilenya (fingolimod) con la de Avonex (interferón β-1a), una terapia aprobada por la FDA (Agencia Reguladora de Medicamentos y Alimentos de los EE. UU.) para reducir el número de brotes y progresión de la EM. En el ensayo TRANSFORMS, se permitió a los pacientes continuar el tratamiento con Gilenya hasta el mes 120 (10 años).
Los investigadores midieron y correlacionaron los niveles de NfL en sangre de los pacientes al comienzo de los ensayos, y luego a intervalos específicos (en los meses 6, 12, 24 y 120).
Los resultados mostraron que los niveles altos de NfL podrían predecir el momento de la primera recaída, el número medio de lesiones nuevas en la ponderación T2 de la resonancia magnética y la tasa anual de atrofia cerebral. Además, los niveles de NfL se correlacionaron con los biomarcadores de discapacidad y progresión de la enfermedad.
En pacientes tratados con Gilenya, los niveles de NfL se redujeron y permanecieron bajos en comparación con los niveles al comienzo del estudio. Los niveles de NfL en la sangre después de 10 años de tratamiento se redujeron de 30.6 a 18.4 pg/ml.
El equipo investigador concluyó: “Nuestros datos respaldan el valor de NfL plasmático como un biomarcador predictivo de la evolución de la EMRR a medio y largo plazo. La disminución de los niveles de NfL lograda por el tratamiento con fingolimod (Gilenya) se mantuvo durante 10 años”, concluyó el equipo investigador.
Fuente original:
#EAN2018 – Levels of Neurofilament Light Chain Can Predict Disease Progression in RRMS, Study Shows_MS News Today