Soy Lucrecia Garcia Bueno tengo 59 años. Tenia 28 años, acababa de tener a mi hija, cuando aparecieron mis primeros síntomas. Pero no fue hasta dos años después que me diagnosticaron.
Tras un periplo de consultas a diferentes especialistas, al oculista se le ocurrió enviarme al neurólogo, y fue él, tras una resonancia, quien le puso cara a mis síntomas.
Puede parecer contradictorio pero cuando supe que tenia esclerosis múltiple me sentí aliviada, hasta entonces pensaba que tenia problemas psicológicos ya que todos los especialistas que visité decían que mi mal era psicosomático.
Mi esclerosis múltiple llegó con ganas ya los 32 años tuve que dejar de trabajar, de conducir, me encantaba conducir. Mi vida dio un giro radical, mis objetivos y mis metas ya no eran posibles y solo podía hacer dos cosas, hundirme o cambiar de objetivos y metas. Hice lo segundo.
Vivía en un ático y cambie a una planta baja adaptada a mis necesidades para optimizar mi autonomía. Las muletas y después la silla de ruedas no los viví de forma traumática, los considero mis aliados para seguir adelante. Ahora voy al gimnasio cada día, hago natación, yoga y fisioterapia grupal.
Siempre me ha encantado el mundo del arte y desde el principio es a lo que he intentado dedicar mi tiempo desde que soy “jubilada”. En la asociación “La Llar” imparto un taller de cerámica y manuales a afectados de esclerosis múltiple. Disfruto manipulando el barro y ayudando a mis compañeros a expresarse a través de la arcilla.
La pintura es otro taller que me apasiona. Es un momento enriquecedor que comparto con mis compañeros. Cuando nos encontramos delante de un lienzo en blanco, las posibilidades son infinitas. Dejamos volar nuestra imaginación y a través de los colores, formas, texturas plasmamos nuestro más íntimo ser. En ese momento no importa la dificultad que tengamos para coger el pincel o la fatiga acumulada, cuando pintamos, se nos olvida la crueldad de la esclerosis múltiple. En ese momentos somos libres, importantes, únicos y creadores. No somos afectados de esclerosis múltiple, somos artistas creando arte.
Ver el orgullo de mis compañeros cuando miran su cuadro acabado es emocionante. Saber que el resultado de tanto esfuerzo va a ser admirado por otras personas es alentador para seguir adelante. Por ello organizamos exposiciones en galerías y participamos en ferias. Es muy importante para nosotros mostrar nuestros cuadros.
Si algo me ha enseñado la EM es a exprimir la vida a tope, cada minuto cuenta, cada día pasado es un triunfo. La EM acompaña mi vida, pero yo decido como vivirla.
Bravo Lucrecia por tu valiente actitud ante la vida! Un fuerte abrazo.
Hola Lucrecia, me llamo Diego Villalba, mi mamá padecía EM y me he emicionado cuando he leído lo de la pintura, mi madre pintaba en el centro de dia dibujos que le daban las cuidadoras y ella los coloreada, luego los traía a casa cin gran orgullo, yo todavía llevo uno qye me regaló en mi coche, todos los dias lo veo y todos los dias me llena de orgullo el saber que mi madre lo pintó para mi.
Te mando un fuertiiiisimo abrazo y todo mi cariño.
Diego
Hola Lucrecia:
Soy Manuel Bermúdez mi hija padece EM desde hace 2 años.
Gracias Lucrecia, leer tu mensaje ha sido un tónico aliviador. Pues con tus palabras consigues que familiares y afectados
de EM afrontemos, con mas entereza y confianza que hay una vida mas aya de esta maldita enfermedad y que con actitudes
como la tuya podemos lograr lo inimaginable.
Y como dices en tu testimonio: ” La EM acompaña nuestras vidas, pero nosotros decidimos como vivirla”.
Gracias de nuevo campeona por tus palabras y un fuerte abrazo, no cambies pues gente como tu nos hace mucha falta.
Gracias a todos vosotros, esta lucha es de todos. Apoyandonos unos a otros hemos de continuar superando obstaculos. Juntos lo conseguiremos.
Animos a todos.