El empleo de células madre para tratar la esclerosis múltiple (EM) tiene ya un amplio recorrido en ensayos preclínicos y clínicos. De momento, los resultados no son tan espectaculares como se esperaba o, mejor dicho, como anunciaban los más entusiastas defensores de la medicina regenerativa. No obstante, los logros son indudables, sobre todo en el terreno de la inflamación. En la neurodegeneración, los resultados concuerdan con los de los nuevos (algunos ya no tanto) fármacos: aún no se ha conseguido una terapia con un claro efecto neurorregenerador.
La avanzadilla de los ensayos está constituida por estrategias con células madre hematopoyéticas y mesenquimales. El equipo de Albert Saiz, consultor senior de Neurología del Hospital Clínico de Barcelona, ha participado en ambos tipos de estudios. En su opinión, las dos opciones tienen ventajas e inconvenientes. El empleo de células madre mesenquimales “es más fácil; basta con hacer un aspirado de médula ósea de cresta ilíaca y no se precisa quimioterapia. Las células del paciente se separan, se cultivan, se expanden y se administran, sin que se hayan registrado problemas de seguridad”, señala. Sin embargo, los efectos de esta terapia son temporales: “Pensamos que duran algo más de seis meses”.
Progresión
En cambio, las células madre hematopoyéticas proporcionan efectos más permanentes, pero requieren “un protocolo agresivo”, que incluye la administración de quimioterapia para suprimir el sistema inmune.
Saiz comenta los resultados de un estudio que se publicó en JAMA en enero,cuyo primer firmante es Richard Burt, de la Universidad Northwestern, en Chicago, que califica de “espectaculares”. Se apreció una mejora significativa y duradera en las escalas de discapacidad y calidad de vida. Participaron 145 pacientes con EM remitente-recidivante que recibieron un trasplante hematopoyético no mieloablativo (es decir, con un régimen de acondicionamiento menos agresivo) y un amplio porcentaje de ellos no experimentaron progresión de la enfermedad y presentaron mejoras en las lesiones captantes de gadolinio en la resonancia magnética.
Sin embargo, un editorial matiza el triunfalismo de los autores de este ensayo abierto y advierte de que la mejora de algunos pacientes podría haberse producido de forma natural.
El equipo de Saiz ha participado en el primer ensayo aleatorizado que ha comparado el trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos con mitoxantrona, publicado en Neurology a mediados de marzo. El problema de este trabajo es que, aunque la idea inicial era que fuese un fase III, finalmente sólo se pudo contar con 21 pacientes de siete centros de Italia y España. Saiz cree que esta es una de las razones por las que, probablemente, no se apreciaron diferencias en la progresión hacia la discapacidad, aunque sí se redujeron significativamente la actividad de la enfermedad captada mediante resonancia magnética y la tasa anualizada de brotes.
Células Mesenquimales
En cuanto a la investigación con células madre mesenquimales, Óscar Fernández, jefe de Neurología del Hospital Carlos Haya, de Málaga, y miembro del grupo de Enfermedades Desmielinizantes de la Sociedad Española de Neurología, explica que su grupo empezó en 2008 los estudios con células de tejido adiposo.
Desde entonces, los trabajos realizados en diferentes partes del mundo han confirmado que se trata de una terapia segura y que su mecanismo de acción no es reparador, sino inmunomodulador. “También hemos aprendido que no llegan al sistema nervioso central más del 2-3 por ciento de las células”, según Fernández.
Los efectos han sido discretos porque, por razones éticas, sólo se ha tratado a pacientes que han fracasado con otras terapias y en fase avanzada. Aun así, se han apreciado mejoras importantes. En un estudio publicado en Lancet, realizado con 10 pacientes con EM y neuritis óptica, mejoró la agudeza visual.
Para avanzar un paso más, se ha puesto en marcha un estudio multinacional, denominado Mesems, en el que participa el Carlos Haya, con pacientes más jóvenes y en fases menos avanzadas. Se espera contar con 160 afectados por EM.
Células iPS, una promesa aún lejana
El cuarteto de células madre potencialmente beneficiosas frente a la esclerosis múltiple lo encabezan las células madre hematopoyéticas y mesenquimales y lo completan las neurales y las de pluripotencialidad inducida (iPS). Estas últimas se encuentran en fase preclínica, mientras que las neurales se han usado en pacientes de forma muy preliminar, por ejemplo, extrayéndolas de fetos.
También se evalúa in vitro y en modelos animales la estrategia regenerativa de activar farmacológicamente las células neurales endógenas, que tendría numerosas limitaciones, pero podría actuar sobre la discapacidad cognitiva en EM.
La esperanza es que estas células tengan un efecto que vaya mucho más allá de la inmunomodulación y permitan la neurorregeneración a través de la generación de oligodendrocitos que lleven a cabo el proceso de remielinización. Pero, hoy por hoy, es tan sólo una promesa.
“Las iPS serían el futuro. Con ellas se intentan obtener células mucho más primitivas”, precisa Óscar Fernández. Sin embargo, añade que “el camino es lento”, entre otras cuestiones porque todavía no se ha conjurado el riesgo de desarrollo de tumores.
Albert Saiz coincide con el neurólogo del Hospital Carlos Haya en que, de momento, no va a haber un cambio de paradigma, a pesar de que las actuales terapias celulares sólo actúen sobre los síntomas y no frenen el curso natural de la patología.
Saiz apunta que hay que tener en cuenta que la regeneración debe acompañarse de cambios en el sistema inmune aberrante. “Hay dos mecanismos presentes en la EM. En una lesión medular las iPS podrían restablecer la conexión perdida, pero en la EM también hay mecanismos de inmunidad que participan en la neurodegeneración”.
Fuente original:Diario Médico
The use of stem cells to treat multiple sclerosis (MS) and has an extensive experience in preclinical and clinical trials. So far, the results are not as dramatic as expected, or rather, as advertised the most enthusiastic supporters of regenerative medicine. However, the achievements are undeniable, especially in the field of inflammation. In neurodegeneration, the results agree with those of the new (some not so much) drugs: not yet achieved a therapy with a clear neurorregenerador effect.
The advance of testing strategies consists of hematopoietic and mesenchymal stem cells. The team of Albert Saiz, senior consultant of Neurology Clinical Hospital of Barcelona, has participated in both types of studies. In his opinion, both options have advantages and disadvantages. The use of mesenchymal stem cells “is easier, just make a bone marrow aspiration from the iliac crest and no chemotherapy was required The patient’s cells are removed, grow, expand and manage without ever recorded problems. security, “he says. However, the effects of this therapy are temporary: “We thought that last more than six months.”
Progression
However, hematopoietic stem cells provide more permanent effects but require “aggressive protocol” which includes the administration of chemotherapy to suppress the immune system.
Saiz said the results of a study published in JAMA in January, whose first author is Richard Burt of Northwestern University in Chicago, he describes as “spectacular”. A significant and lasting improvement in disability scales and quality of life was observed. Involved 145 patients with relapsing-remitting MS who received a nonmyeloablative hematopoietic transplantation (ie, at a rate of less aggressive conditioning) and a large percentage of them did not experience disease progression and showed improvements in FDG uptake lesions gadolinium magnetic resonance.
However, an editorial clarifies the triumphalism of the authors of this open trial and warns that the improvement in some patients may have occurred naturally.
Saiz’s team has participated in the first randomized trial has compared autologous hematopoietic stem cell transplantation with mitoxantrone, published in Neurology in mid-March. The problem of this study is that although the initial idea was that it was a phase III, finally only 21 patients could have seven centers in Italy and Spain. Saiz believes this is one reason why, probably, no differences were seen in the progression towards disability, although significantly reduced disease activity captured by MRI and the annualized relapse rate.
Mesenchymal Cells
Regarding research mesenchymal stem cells, Oscar Fernandez, head of Neurology, Hospital Carlos Haya, Malaga, and member of Demyelinating Diseases of the Spanish Society of Neurology, says his group started in 2008 studies with cells adipose tissue.
Since then, the work done in different parts of the world have confirmed that this is a safe therapy and its mechanism of action is not restful, but immunomodulator. “We’ve also learned not reach the central nervous system more than 2-3 percent of the cells,” said Fernandez.
The effects have been discreet because, for ethical reasons, only has treated patients who have failed other therapies and advanced. Even so, significant improvements have been noted. In a study published in Lancet, conducted with 10 patients with MS and optic neuritis, improved visual acuity.
To go one step further, has launched a multinational, called mesems, in which participates Carlos Haya, with younger patients and less advanced stages. 160 is expected to be affected by MS.
IPS cells, a promise still distant
Quartet stem cells potentially beneficial against multiple sclerosis is led hematopoietic and mesenchymal stem cells and neural complete and induced pluripotent (iPS). The latter are in the preclinical phase, while neural have been used in patients with very early, for example, extracting the fetuses.
It is also evaluated in vitro and in animal models regenerative strategy pharmacologically activating endogenous neural cells, which have many limitations, but could act on cognitive impairment in MS.
The hope is that these cells have an impact that goes far beyond immunomodulation and allow Neuroregeneration through the generation of oligodendrocytes to carry out the process of remyelination. But today, it is only a promise.
“The iPS be the future. With them try to get more primitive cells,” says Oscar Fernandez. However, he adds that “the road is slow,” among other issues because it still has not been conjured the risk of tumor development.
Albert Saiz matches the Carlos Haya Hospital neurologist that, for now, there will be a paradigm shift, despite the current cell therapies only act on the symptoms and not slow the natural course of the disease.
Saiz points to be taken into account that regeneration be accompanied by changes in the aberrant immune system. “There are two mechanisms present in MS. In a spinal cord injury iPS could restore the lost connection, but in MS there are also immune mechanisms involved in neurodegeneration.”
Original source:Diario Médico
L’ús de cèl·lules mare per tractar l’esclerosi múltiple (EM) té ja un ampli recorregut en assajos preclínics i clínics. De moment, els resultats no són tan espectaculars com s’esperava o, millor dit, com anunciaven els més entusiastes defensors de la medicina regenerativa. No obstant això, els èxits són indubtables, sobretot en el terreny de la inflamació. A la neurodegeneració, els resultats concorden amb els dels nous (alguns ja no tant) fàrmacs: encara no s’ha aconseguit una teràpia amb un clar efecte neurorregenerador.
L’avançada dels assajos està constituïda per estratègies amb cèl·lules mare hematopoètiques i mesenquimals. L’equip d’Albert Saiz, consultor sènior de Neurologia de l’Hospital Clínic de Barcelona, ha participat en els dos tipus d’estudis. Segons la seva opinió, les dues opcions tenen avantatges i inconvenients. L’ús de cèl·lules mare mesenquimals “és més fàcil, només cal fer un aspirat de medul·la òssia de cresta ilíaca i no cal quimioteràpia. Les cèl·lules del pacient es separen, es cultiven, s’expandeixen i s’administren, sense que s’hagin registrat problemes de seguretat “, assenyala. No obstant això, els efectes d’aquesta teràpia són temporals: “Pensem que duren una mica més de sis mesos”.
Progressió
En canvi, les cèl·lules mare hematopoètiques proporcionen efectes més permanents, però requereixen “un protocol agressiu”, que inclou l’administració de quimioteràpia per suprimir el sistema immune.
Saiz comenta els resultats d’un estudi que es va publicar en JAMA al gener, el primer signant és Richard Burt, de la Universitat Northwestern, a Chicago, que qualifica de “espectaculars”. Es va apreciar una millora significativa i duradora en les escales de discapacitat i qualitat de vida. Van participar 145 pacients amb EM remitent-recidivant que van rebre un trasplantament hematopoètic no mieloablatiu (és a dir, amb un règim de condicionament menys agressiu) i un ampli percentatge d’ells no van experimentar progressió de la malaltia i van presentar millores en les lesions captantes de gadolini en la ressonància magnètica.
No obstant això, un editorial matisa el triomfalisme dels autors d’aquest assaig obert i adverteix que la millora d’alguns pacients podria haver produït de forma natural.
L’equip de Saiz ha participat en el primer assaig aleatoritzat que ha comparat el trasplantament autòleg de progenitors hematopoètics amb mitoxantrona, publicat en Neurology a mitjans de març. El problema d’aquest treball és que, encara que la idea inicial era que fos un fase III, finalment només es va poder comptar amb 21 pacients de set centres d’Itàlia i Espanya. Saiz creu que aquesta és una de les raons per les quals, probablement, no es van apreciar diferències en la progressió cap a la discapacitat, encara que sí es van reduir significativament l’activitat de la malaltia captada mitjançant ressonància magnètica i la taxa anualitzada de brots.
Cèl·lules mesenquimals
Pel que fa a la investigació amb cèl·lules mare mesenquimals, Óscar Fernández, cap de Neurologia de l’Hospital Carlos Haya, de Màlaga, i membre del grup de Malalties Desmielinizants de la Societat Espanyola de Neurologia, explica que el seu grup va començar el 2008 els estudis amb cèl·lules de teixit adipós.
Des de llavors, els treballs realitzats en diferents parts del món han confirmat que es tracta d’una teràpia segura i que el seu mecanisme d’acció no és reparador, sinó immunomodulador. “També hem après que no arriben al sistema nerviós central més del 2-3 per cent de les cèl·lules”, segons Fernández.
Els efectes han estat discrets perquè, per raons ètiques, només s’ha tractat a pacients que han fracassat amb altres teràpies i en fase avançada. Així i tot, s’han apreciat millores importants. En un estudi publicat a Lancet, realitzat amb 10 pacients amb EM i neuritis òptica, va millorar l’agudesa visual.
Per avançar un pas més, s’ha posat en marxa un estudi multinacional, denominat Mesems, en el qual participa el Carlos Hi hagi, amb pacients més joves i en fases menys avançades. S’espera comptar amb 160 afectats per EM.
Cèl·lules iPS, una promesa encara llunyana
El quartet de cèl·lules mare potencialment beneficioses davant l’esclerosi múltiple el encapçalen les cèl·lules mare hematopoètiques i mesenquimals i el completen les neurals i les de pluripotencialitat induïda (iPS). Aquestes últimes es troben en fase preclínica, mentre que les neurals s’han fet servir en pacients de forma molt preliminar, per exemple, extraient de fetus.
També s’avalua in vitro i en models animals l’estratègia regenerativa d’activar farmacològicament les cèl·lules neurals endògenes, que tindria nombroses limitacions, però podria actuar sobre la discapacitat cognitiva en EM.
L’esperança és que aquestes cèl·lules tinguin un efecte que vagi molt més enllà de la immunomodulació i permetin la neurorregeneración a través de la generació d’oligodendròcits que duguin a terme el procés de remielinització. Però, ara per ara, és tan sols una promesa.
“Les iPS serien el futur. Amb elles s’intenten obtenir cèl·lules molt més primitives”, precisa Óscar Fernández. No obstant això, afegeix que “el camí és lent”, entre d’altres qüestions perquè encara no s’ha conjurat el risc de desenvolupament de tumors.
Albert Saiz coincideix amb el neuròleg de l’Hospital Carlos Haya en què, de moment, no hi haurà un canvi de paradigma, tot i que les actuals teràpies cel·lulars només actuen sobre els símptomes i no frenin el curs natural de la patologia.
Saiz apunta que cal tenir en compte que la regeneració ha d’acompanyar de canvis en el sistema immune aberrant. “Hi ha dos mecanismes presents en l’EM. En una lesió medul·lar les iPS podrien restablir la connexió perduda, però en l’EM també hi ha mecanismes d’immunitat que participen en la neurodegeneració”.
Font original:Diario Médico