¿Qué motiva a las personas a cuidar su salud cerebral?
La perspectiva de experimentar síntomas de deterioro cognitivo o mental es una motivación clave para emprender cambios en el estilo de vida, incluso más que haber sido diagnosticado con un trastorno cerebral, según el segundo informe público de la Encuesta Global de Salud Cerebral, una investigación desarrollada por el consorcio europeo Lifebrain.
7 de cada 10 personas encuestadas manifestaron que se sentirían motivados para cambiar su estilo de vida si notaran problemas con su salud cerebral, por ejemplo, el empeoramiento de su memoria.
“El desafío es que podría ser un poco tarde para comenzar a hacer cambios en el estilo de vida una vez se han manifestado los síntomas. Cuidar el cerebro es un esfuerzo de toda la vida, cuanto antes se adopten comportamientos saludables para la salud cerebral, mejor”, comenta la autora principal de la encuesta, la Dra. Isabelle Budin-Ljøsne, del Instituto Noruego de Salud Pública.
Solo un tercio de los encuestados estaban motivados para hacer cambios en el estilo de vida en el caso de tener un diagnóstico de enfermedad cerebral.
“Esto sugiere que las personas pueden percibir los factores del estilo de vida como irrelevantes después de que se establece un diagnóstico y varios signos de la enfermedad son evidentes“, dice Budin-Ljøsne.
La salud cerebral es un concepto relativamente nuevo que abarca la salud mental y cognitiva. La buena salud del cerebro implica tanto el bienestar mental como el funcionamiento normal del cerebro, en ausencia de enfermedades cerebrales.
El informe público actual se basa en las respuestas de más de 27 000 personas en Europa y otros lugares, y proporciona información sobre los factores que motivan a las personas a cuidar su cerebro.
Las personas quieren saber si los cambios en el estilo de vida funcionan
La mitad de los encuestados está interesada en saber que los cambios en el estilo de vida son beneficiosos para la salud del cerebro. Además, la mitad de los encuestados no estarían motivados para cambiar si no estuvieran seguros del efecto beneficioso, o si les faltase información sobre qué hacer. “La gente necesita estar segura de que vale la pena cambiar su estilo de vida“, dice Budin-Ljøsne.
Un encuestado del Reino Unido lo expresó así: “Si hubiera buena información sobre el tamaño del impacto, tendría un cambio. Todos sabemos que un estilo de vida saludable, etc., mejora la salud, pero sobre todo lo que nos impide hacer más es no saber cuánto impacto tiene. Podrían ser años de ejercicio adicional por la posibilidad de una pequeña ganancia”.
Estudios previos sugieren que ciertos estilos de vida como ser físicamente activo, comer una dieta saludable, dormir lo suficiente, reducir y/o limitar el estrés negativo y abstenerse del uso de sustancias como el alcohol, el tabaco o las drogas ilícitas, están asociados con un menor riesgo de desarrollar enfermedad cerebral.
Más difícil convencer a las personas mayores de que cambien
Las motivaciones para hacer cambios en el estilo de vida variaron según las características sociodemográficas e individuales. Los resultados sugieren que puede ser más difícil convencer a las personas mayores (> 60 años) de cambiar hábitos que a los jóvenes (< 40 años). Los encuestados jóvenes estaban más dispuestos a cambiar el estilo de vida que los encuestados mayores, pero probablemente encontrasen otras trabas como la falta de tiempo y motivación, o el coste de los cambios.
También se ha encontrado que desarrollar un comportamiento favorable para el cerebro pueden depender del bienestar cognitivo y mental individual. Los encuestados que autoevaluaron su salud mental o cognitiva como deficiente participaron menos en actividades saludables y pueden necesitar más apoyo y estímulo para realizar cambios en el estilo de vida que las personas que autoevaluaron su salud mental o cognitiva como promedio o superior.
Las personas están dispuestas a hacer más por la salud de su cerebro
Alrededor de la mitad de los encuestados ya se involucraban con frecuencia en un comportamiento favorable para su salud cerebral, como dormir lo suficiente, comer una dieta saludable y hacer ejercicio.
Más de tres de cada cuatro encuestados estaban dispuestos a hacer más ejercicio, relajarse más, comer de manera más saludable y participar en más actividades estimulantes del cerebro, mientras que estaban menos dispuestos a evitar el consumo de alcohol.
“En general, estos resultados son positivos, ya que muestran que las personas están muy interesadas en mejorar la salud de su cerebro. Los encuestados están abiertos a la idea de que es posible modificar la salud del cerebro y dispuestos a actuar por su salud cerebral, lo cual es un primer paso importante. Sin embargo, la mayoría de encuestados han sido mujeres con educación superior, probablemente más interesadas en la salud del cerebro que la media. Sería interesante investigar cómo piensan otros grupos sobre la salud del cerebro”, dice Budin-Ljøsne.
La Encuesta Global de Salud Cerebral
El informe se basa en las respuestas de 27.590 sujetos de 81 países que respondieron a las preguntas a través de Internet en la Encuesta Global de Salud Cerebral. Los resultados confirman hallazgos previos sobre la necesidad de información pública sobre la salud del cerebro y las intervenciones tempranas en el estilo de vida. Las intervenciones personalizadas para adaptarse a las diferencias individuales en las motivaciones pueden ser esenciales para mejorar la salud del cerebro.